En su ciudad natal con un capital de $300 pesos, que le tomo prestados a su hermano, Francisco Quezada que en ese entonces tenia 23 años de edad, empieza a fabricar y vender rinse y shampoo en sobres.
La fabrica contaba con una máquina selladora, dos tanques plásticos y dos tanques colgados de un árbol, para facilitar el llenado por gravedad de los sobres.
Seis meses más tarde Quezada se traslada a la ciudad, a u modesto espacio trabajando hasta 17 horas diarias, forjando las bases de una estructura comercial exitosa denominada Industrias Macier.
Necesitamos un mayor espacio para la producción y adquirimos nuestro primer local.
Incluimos la producción de desinfectante y cloro y luego, vinagre, lavaplatos, suavizantes, entre otros.
El desarrollo de la empresa, exigió de canales formales de comercialización, la creación de rutas, centros de acopio y colocación y de la incorporación de flotas de vehículos para la distribución de los productos, presentes hoy, en cada rincón de la República.
Disponemos de un avanzado sistema de tecnología de punta, que permite el control y revisión permanente de las operaciones y procesos internos de los equipos de producción e instalaciones físicas que aseguran la calidad total de los productos MACIER.
Desde sus inicios, Industrias Macier sustenta actividades culturales, deportivas y de salud, al tiempo que mantiene aportes directos a familias de escasos recursos económicos, apoyamos a nivel nacional campañas de salud, conservación del medio ambiente y responsabilidad social.
Indiscutiblemente, la visión industrial y social del señor Francisco Quezada Mago, Presidente de Industrias MACIER, junto a su perseverancia, determinación y honradez, dió como resultado lo que somos hoy. Industrias Macier, la empresa que es parte de la familia dominicana.